martes, 14 de abril de 2009

otro viejito..

Para darle un tanto de continuidad a lo iniciado, y para satisfacer mi necesidad clandestina de expresarme, allí coloco algo más de las cosas que escribí de niño-adolescente.


Tristeza crepuscular

Esta noche me encuentro afligido,
entre revolver cosas viejas
sin ningún motivo,
un hallazgo me llena de tristeza:

Viejos poemas
que alguna vez le escribiera,
conmocionan mi cabeza,
frases incompletas y sin sentido
colman mis ojos
de un lamento incomprendido.

Momento extraño;
semejante aquellos días
en los que mis ojos
cuando le veían,
se iluminaban de alegría.

Momento de gozo,
antes de enfrentar la gran agonía,
de admitir,
que esta fuera de mi vida.

Cuantas veces me negué a creer
que le extrañaba,
que me hacia falta
y que de ella necesitaba.

Cuantas veces,
impropiamente justificado
solía pensar que me seguías amando.

Esta noche mis ojos brillan,
y ese resplandor, se hace llanto,
reflejado en la historia
que describe mi canto.

sábado, 11 de abril de 2009

Algo viejo..

Desde niño fui muy apasionado a escribir todo lo que sentía, imagino que así como muchos, me desahogaba con un lápiz y un papel, siempre decía que eran versos lo que yo escribía (en aquel entonces pensaba que debían rimar), y con el pasar de los años fui mejorando poco a poco, aunque he de confesar que estoy muy lejos de ser un Nazoa, un Neruda o un Mistral, el escribir me ayudaba a drenar. Casi al mismo tiempo que mejoraba lo fui dejando, poco a poco todo aquello quedó en el olvido; algunas veces al mover libros y papeles encontraba un verso de estos que saltaba de su cautivo escondite, como diciendo "léeme y recuerda", hace un par de días me encontré con el más grande hallazgo que he tenido de esos versos escurridizos, y con el fin de brindarle un tributo a las noches, la inocencia, las personas, y los momentos que me inspiraron a escribirlos, colocaré uno que otro de vez en cuando, quizá la nostalgia de ver como ha pasado el tiempo me inspiró a ello..

Espero que lo disfruten..


No es tuyo

No es tuyo, es mío
aunque me gustaría que fuera tuyo
pero no lo es,
que lastima, ¡es mío!

Es mío, si, es mío
porque en noches como esta
cuando la brisa se vuelve frío,
me doy cuenta que es mío.

No es tuyo, es mío
porque me llena de frío
porque esta conmigo
porque me brinda abrigo.

Si fuera tuyo ¡ah! si fuera tuyo
todo seria distinto si fuera tuyo:
Las noches gélidas serian metáforas,
en el borrador inconcluso
de algún trovador iluso.

Las lagrimas de dolor,
serian de algún compositor
que llora la muerte de su canción.

Pero si fuera tuyo, tal vez,
¡no seria mío!
y seria igual, pero distinto;
porque tendrías frío
aunque el te brindara abrigo.
Pero no es tuyo, es mío,
este cariño que por ti,
en mí a nacido
no es tuyo, ¡es mío!.

viernes, 27 de marzo de 2009

Algo que me gusta

En esta oportunidad quiero compartir un poema de Aquiles Nazoa, el cual es uno de mis favoritos sobre cualquier otro.

Si alguien llega a leer esto, espero sea de su agrado, así como lo es del mío:

Verdaderamente, nunca fue tan claro el amor
como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind, el Ruiseñor de Suecia.

Hans y Jenny eran soñadores y hermosos,
y su amor compartían como dos colegiales comparten sus almendras.

Amar a Jenny era como ir comiéndose una manzana bajo la lluvia.
Era estar en el campo y descubrir que hoy amanecieron maduras las cerezas.

Hans solía contarle fantásticas historias
del tiempo en que los témpanos eran los grandes osos del mar.
Y cuando venía la primavera, él le cubría con silvestres tusílagos las trenzas.

La mirada de Jenny poblaba de dominicales colores el paisaje.
Bien pudo Jenny Lind haber nacido en una caja de acuarelas.

Hans tenía una caja de música en el corazón, y una pipa de espuma que Jenny le diera.

A veces los dos salían de viaje por rumbos distintos.
Pero seguían amándose en el encuentro de las cosas menudas de la tierra.
Por ejemplo, Hans reconocía y amaba a Jenny en la transparencia de las fuentes
y en la mirada de los niños y en las hojas secas.
Jenny reconocía y amaba a Hans en las barbas de los mendigos
y en el perfume del pan tierno y en las más humildes monedas.
Porque el amor de Hans y Jenny era íntimo y dulce
como el primer día de invierno en la escuela.

Jenny cantaba las antiguas baladas nórdicas con infinita tristeza.
Una vez la escucharon unos estudiantes americanos,
y por la noche todos lloraron de ternura sobre un mapa de Suecia.
Y es que cuando Jenny cantaba, era el amor de Hans lo que cantaba en ella.

Una vez hizo Hans un largo viaje y a los cinco años estuvo de vuelta.
Y fue a ver a Jenny y la encontró sentada,
juntas las manos, en la actitud tranquila de una muchacha ciega.
Jenny estaba casada y tenía dos niños sencillamente hermosos como ella,
pero Hans siguió amándola hasta la muerte,
en su pipa de espuma y en la llegada del otoño y en el color de las frambuesas.
Y siguió Jenny amando a Hans,
en los ojos de los mendigos y en las más humildes monedas.

Porque verdaderamente, nunca fue tan hermoso el amor
como cuando Hans Christian Andersen amó a Jenny Lind,
el Ruiseñor de Suecia.

Aquiles Nazoa

miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Qué es esto?

Soy nuevo en estas cosas de los blogs, aunque desde hace rato quería uno. La meta? expresión natural.!! Sencilla, fugaz, con sentimiento y sin arrepentimientos.. Quien no ha querido alcanzar esto alguna vez.?

Ahora, lo paradójico de la situación es que no hay iniciativa perdurable que mantenga un sentimiento de expresión oral en el tiempo con la misma intensidad, vehemencia y pasión que cuando este se manifiesta con la escritura, al menos esa es mi opinión, por ello nace esto, que en pocas palabras no es más que: Un poco de todo..!! Algo ambiguo, algo tenue, lleno de tonalidades que expresan lo lúgubre o incandescente de un cromático sentimiento que revive con cada nueva esencia de mujer que apareció, aparece o aparecerá en este taciturno caminar que es la vida..

Quien no ha sentido este tipo de cosas? quien este libre de pecado, que se sienta en la libertad de expresarlo aquí..